Los egipcios creían en una vida después de la muerte. Al morir, el alma (formada por el
ka y el
ba) del difunto se separaba del cuerpo, y tras superar el juicio, volvía para unirse a él hasta la eternidad. Conservar pues el cuerpo intacto era el objetivo fundamental de la momificación.
En el siguiente vídeo se explica con todo lujo de detalles...
El proceso, como veis, es muy largo y complicado, requiriendo grandes conocimientos de anatomía y de procesos químicos. Esto nos demuestra el alto grado de civilización de los egipcios.
Tras el embalsamamiento, el difunto era depositado en una sarcófago antropomorfo de madera,
Y sus vísceras depositadas en recipientes de cerámica denominados vasos canopos
Los faraones se hacían enterrar con todo su ajuar, que incluía fabulosas riquezas, incluso su rostro era cubierto con máscaras de oro. Es el caso de Tutankamon
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Máscara y ajuar de Tutankamon |
Otros eligieron una forma más sencilla, y su momia luce así de lustrosa...
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Ramsés II |
Es lo que queda de uno de los más grandes faraones egipcios, que en su juventud debió ser muy bello
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Ramsés II joven |
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Ramsés II viejo |
Aunque ¡los años no perdonan!
Tras superar la dura prueba del
juicio de los muertos, el alma y el cuerpo, definitivamente unidos, traspasaban el umbral de la eternidad.
El símbolo del renacer eterno es el sol naciente, en la orilla este del Nilo...
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